sábado, 4 de agosto de 2012

But you don't really care for music, do you?

Salimos temprano para almorzar, quedaba una rato antes de la hora de visita. Estaba pidiendo una porción de tarta parada frente al mostrador de uno de los Delicity de la Avenida Santa Fe cuando me sonó el celular. Mi tío me dijo que vaya para allá. Le pregunté qué pasaba. Volvió a repetirme que fuera. Lo supe pero no podía ser. Salí casi corriendo y caminé casi corriendo varias cuadras, tropezándome y mirando para atrás cada tanto buscando un taxi. La calle estaba mojada, no sé si llovía o lloviznaba o si sólo la calle estaba mojada. Job corría al lado mío. Job paró un taxi, subimos y viajamos callados. No podía mirarlo a la cara pero apretaba su mano con toda la fuerza que tenía en el cuerpo. Ninguno de los dos dijo nada. Yo lo sabía pero no podía ser.
Subimos en uno de esos ascensores que parecen heladeras y cuando se abrieron las puertas vi a mi madre llorando en el pasillo. Vi a mi hermano con lágrimas en los ojos por primera vez en la vida o desde que éramos chiquitos y lo supe, pero no podía ser. 
Entré a la sala de terapia intensiva y vi el cuerpo de mi padre frío, volviéndose azul, ya no humano. Tenía la boca medio abierta y al verlo involuntariamente la mía se abrío y mi mano derecha la tapó ahogando un gritito.

A las doce de la noche todos fuimos al bar de en frente mientres esperábamos los arreglos de la funeraria. Todos pedimos una lágrima y alguien sonrió por la obviedad.
Durante el velorio mi hermano pidió que sacaran la cruz gigante colgada arriba del cajón, como último gesto de respeto al ateísmo furioso que mi padre había llevado como una de sus convicciones máximas sobre las verdades de la vida.
Su médico me dijo tiempo después que antes de morir, le preguntó si estadísticamente los creyentes sobrevivían más al cáncer que los no creyentes. Su médico le dijo que no, que las muertes por cáncer de ateos y creyentes eran 50 y 50. Y mi padre murió tranquilo con la confirmación de que la fé no te salva.

A las 6 de la mañana fuimos todos a dormir tres horas a la casa de mi madre y a las 10 estábamos en el cementerio para cremar su cuerpo.
Volví a mi casa a las 3 de la tarde. Me bañé y antes de acostarme en la cama puse una canción que sonó en repeat durante seis horas.

I heard there was a secret chord that David played to please de Lord, but you don't really care for music, do you?

Seis horas o más. No había otra cosa posible en el mundo para hacer más que llorar en la cama escuchando esa canción.

Well it goes like this, the fourth, the firth, the minor fall and the major lift, the baffled king composing Hallelujah.

A veces no hay otra cosa posible en el mundo para hacer más que escuchar una canción. A veces la única cosa posible en el mundo para hacer más que escuchar una canción es tocar una canción.

La literatura no te salva. El arte deja de importar. Ni los amigos ni el amor ni la fe te salvan de la muerte o la locura. Lo único que queda en el mundo es la música.


4 comentarios:

  1. lei hasta tu entrada del miércoles, 31 de agosto de 2011 no inclusive, ahi me aburri y distraje, es dificil para mi estar mucho tiempo leyendo un blog, de la pantalla, sin salirme, llegue hasta ahi porq me gustó entre: gustó y gustó mucho, lo que leia. este que te comento sobre todo, fue buena carnada para llegar hasta miércoles, 31 de agosto de 2011. saludos!

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