Sus padres la llamaban “La Erica”
vivían en una casa en Gerli,
Avellaneda profundo
no se entendía bien a qué se dedicaban
pero tenían una ambulancia
y aparatos electrónicos
“minicomponentes” y “centros musicales”
que su hermano compraba robados
o intercambiaba por partes de autos
que alguien robaba para él
en algún lugar de Avellaneda
todavía un poco más profundo.
La habitación de La Erica estaba al lado del garage
las puertas una junto a la otra,
la de la habitación siempre abierta
la del garage siempre cerrada.
Nos quedábamos dormidas mirando videos de Boj Jovi,
Skid Row
Guns n’ Roses
después de caminar por el barrio
fumando marlboros
o sentarnos en la vereda
en la que no había ningún sonido
más que el de algún grillo
o eco de una cumbia a lo lejos.
Las noches de verano en el barrio de La Erica eran para mí vacaciones
muy pequeñas.
Mi barrio no era un barrio y no tenía esas veredas
había negocios, autos y edificios de departamentos
pero en el mundo de La Erica había paz
y yo no conocía nada
parecido a la paz.
Teníamos 13 o 15 años
y salíamos solas
en shorts y tops, a recorrer la noche
del conurbano sin sentido de peligro
porque La Erica estaba protegida
por algo mágico o siniestro.
Ella cocinaba, era muy talentosa
El padre se sentaba a la mesa
cadenas de oro a la mañana
Roberto Carlos en el “centro musical”
Y la madre empezaba su ritual
de tratar de convencerme de que el arte era un error.
La Erica va a estudiar abogacía, decía
porque si no la matamos.
Si estudiás Fotografía te vas a morir de hambre
con el arte no se come.
La Erica me hablaba de sexo con El Tincho
de sexo con El Diego
de sexo con El Seba
Un día le presenté a mi amigo Gastón
skater, buen pibe,
fan de Snoop y Cypress Hill
adolescente como nosotras
y La Erica me habló de sexo con El Gasti
durante un tiempo hasta que un día
me llamó y me dijo – Forra,
hija de puta,
me presentaste a este pibe y quedé embarazada,
voy a tener un hijo por tu culpa,
me caso en dos meses.
La Erica se casó,
tuvo una hija a los 18
se divorció a los dos meses
y les pidió plata a sus padres
para hacerse las tetas y una casa.
Mi papá era arquitecto entonces el padre de La Erica
lo llamó para que construyera una casa en la terraza
pero en los últimos retoques no sé
bien qué pasó.
Mi padre nunca tenía miedo
pero ese día volvió asustado y nunca más reclamó el pago.
Ese día me prohibieron volver a ese barrio,
a esa casa, ver a Erica
Mi padre se hacía el canchero,
el que la tenía clara
pero no era la primera vez que alguien lo estafaba.
Nunca perdió esa cosa de pueblo, de confiado
de hacer las cosa de palabra
y yo no iba a dejar que el dinero se interponga entre La Erica y
yo.
Tenía 18 y a mí nadie me prohibía nada.
Mi padre nunca me insultaba
pero ese día miró a mi madre y le dijo:
¿Es tarada?
Mi padre cumplía años el 4 de Julio
Ese 4 de Julio le robaron el auto
Lo encontró la policía una semana después
descuartizado cerca de una villa en Gerli.
Al año siguiente a mi padre
el 4 de Julio le robaron el auto.
Durante tres años seguidos a mi padre,
como una especie de advertencia
o un recordatorio,
el 4 de Julio le robaron el auto.
No sé cómo ni por qué
el padre de La Erica le confió al mío su negocio.
Mi padre se hacía el canchero,
el que la tenía clara
y nunca perdió esa cosa de pueblo, de generar confianza
de hacer que todos sientan que “es uno de los nuestros”
o todo lo contrario y el padre de la Erica sólo quería dejar claro
que con ellos no se jode
que nunca le iban a pagar lo pautado
que las cosas como son
y si no te gustan cuidadito.
No sé cómo ni por qué
el padre de La Erica le contó al mío que era el encargado
de transportar cuerpos asesinados
para la policía bonaerense
y guardarlos durante la noche
mientras se les certificaba ilegalmente
una muerte natural.
No sé cuándo fue que mi padre me contó
que todas esas noches en la casa de la Erica
dormíamos al lado de una morgue clandestina
que funcionaba en el garage.
Nunca supe si ella sabía que dormíamos con los muertos
si me invitaba tan seguido porque no quería dormir sola
si tenía pesadillas
si quedó embarazada a propósito
para casarse a los 17
y que alguien la sacara de ese lugar
si cada vez cada vez que nos acostábamos mirando MTV
cantábamos las canciones para ahuyentar a los fantasmas.
Erica me visitó hace un tiempo
es abogada pero trabaja de cheff
hace años que no habla con sus padres.
Erica está bien
y para mí siempre serán felices
los recuerdos de esas noches de videos de Bon Jovi
compartidas con los cadáveres del otro lado de la pared.
compartidas con los cadáveres del otro lado de la pared.
No hay comentarios:
Publicar un comentario